Tribuna de opinión en La Brújula del Norte – Enero 2018
El pasado 21 de diciembre Ciudadanos consiguió una victoria inédita en el panorama político catalán y nacional. Fue la primera vez que nuestro partido consiguió ser el más votado en unas elecciones autonómicas y se logró un triunfo sobre los partidos separatistas.
Estos resultados son fruto del coraje y de la insistencia de mandar a toda la ciudadanía un mensaje claro y unívoco. En Cataluña se ha demostrado que la sociedad civil puede expresarse sin miedos y también pasear las banderas española, catalana y europea sin complejos por las calles.
Recuerdo cómo en junio de 2016 el gobierno municipal de Ada Colau tomó la “democrática medida” de prohibir en Barcelona las pantallas en las calles para ver el partido de Eurocopa entre España y Turquía.
Esta prohibición de los podemitas tuvo la respuesta de Ciutadans retransmitiendo el partido en el Arco de Triunfo. Allí se vio claramente que Barcelona podía animar a la selección española con banderas y tarareando nuestro himno. Ese día también se perdió el miedo y se logró que muchos valientes salieran a las calles.
Un año y medio después, durante el intento de derribo a nuestra democracia, nuestros colores teñían las calles de Barcelona y se colgaban en muchos balcones de España. No para recordar lo que fuimos, sino para reafirmar lo que somos.
“Hemos convencido a muchas personas que el ser valientes tiene su recompensa”
Pero esta progresión tiene además otro origen que quiero destacar. En mayo de 2015 también se demostró que el voto naranja era posible. Fuimos elegidos para entrar en muchos ayuntamientos y autonomías de nuestra geografía, lo que representó nuestro primer gran desembarco a nivel nacional.
Muchos concejales y diputados autonómicos empezamos a trasladar a los despachos otra forma de ver la política, otra forma de llegar a acuerdos, de mostrar el camino del sentido común para conseguir consensos y beneficiar a los vecinos con nuestra política útil.
Hemos convencido a muchas personas que el ser valientes tiene su recompensa. Que hablar claro y dejar a un lado los intereses partidistas es posible, primando el interés común sobre el partidismo individualista. Fruto de ese lenguaje hemos conseguido que el sentido común llegue a Cataluña con 36 escaños y más 1.100.000 votos. Enhorabuena a todos.
Ahora sólo queda seguir trabajando como hasta ahora por el bien de todos.
Miguel Ángel Martín Perdiguero
Portavoz Ciudadanos San Sebastián de los Reyes